En el segundo día de la XXVI Jornada Mundial de la Juventud Madrid 2011,  el papa Benedicto XVI se  reunión con los profesores universitarios en la basílica de El Escorial,  ante los que pronunció  un discurso académico en el que  advirtió sobre  las consecuencias devastadoras  que puede causar una ciencia sin límites  y consideró  que frente a la mediocridad y el relativismo del mundo actual, es necesario un testimonio radical del Evangelio.

Aseguró  el Sumo Pontífice  que “cuando la sola utilidad y el pragmatismo se erige como criterio, las pérdidas pueden ser dramáticas: desde los abusos de una ciencia sin límites, a ese totalitarismo que se aviva cuando se elimina toda referencia superior al cálculo del poder”.

Criticó que en una sociedad quebradiza e inestable se piense que la misión de un profesor universitario  es solo  formar profesionales competentes y eficaces que satisfagan la demanda laboral en cada preciso momento.

Denunció que cunde en la sociedad la “visión utilitaria de la educación  y que la universidad encarna  un ideal que no debe desvirtuarse ni por ideologías cerradas al diálogo racional,  ni por servilismos  a una lógica de simple mercado, que ve al hombre como mero consumidor”.

Hizo un llamado  “jóvenes que el amor de Cristo por nosotros aumente  su alegría y los aliente a estar cerca de los menos favorecidos. Ustedes, que son muy sensibles a la idea de compartir la vida con los demás, no pasen de largo ante el sufrimiento  humano”.

La próxima Jornada Mundial de la  Juventud se realizará en Rio de Janeiro, Brasil en el año 2013.