Mariahé Pabón era una mujer decidida, de gran carácter y sonrisa afable; una colombiana que, como García Márquez, amó a Venezuela hasta el final de sus días. A ella me unía una amistad muy respetuosa, la amistad del fan, que era yo, con la periodista a quien admiraba profundamente desde sus tiempos en El Nacional.
Era inmenso ese diario en aquellos tiempos de los años setenta, ochenta y noventa del siglo pasado, con periodistas de su talla o de la talla de Rosita Caldera, Elizabeth Fuentes y Kalinina Ortega, con quien trabajé en Radio Continente; periodistas como Ezequiel Díaz Silva, Víctor Manuel Reinoso, Fabricio Ojeda, Víctor Suárez y Evaristo Marín entre muchos a quienes sería imposible nombrar en una columna tan corta. Era el diario en el cual todos queríamos escribir, pero yo cogí el rumbo de la televisión cuando entré a Radio Caracas Televisión, el canal donde, también, los periodistas anhelaban trabajar porque era la universidad del periodismo audiovisual.
Buenos tiempos aquellos en que los periodistas podíamos realizar investigaciones sobre el Gobierno sin tener un policía pisándonos los talones como ocurre ahora. Aunque es bueno decir que algunas veces la lluvia mansa se transformaba en tormenta como ocurrió aquel 27 de noviembre cuando fue allanada Radio Rumbos y estuvimos a punto de sucumbir a manos de la policía política de Carlos Andrés Pérez, pero esta es otra historia de la cual hablaremos en cualquier momento.
Lo de ahora es hablar de esta periodista de altos decibeles que acaba de proyectarse hacia otros confines dejándonos un legado humano y periodístico que es orgullo de su familia y de sus colegas latinoamericanos.
Mariahé tenía una hermosa sonrisa, la sonrisa sincera de la persona que te inspira confianza, tan auténtica que era la misma sonrisa que esbozaba con Celia Cruz o el Gabo, sus amigos, o con su hija, la actriz Matha Pabón, y sus nietas.
Esa es, quizás, la mejor referencia sobre ella. Pues cuando una persona mantiene la misma sonrisa a lo largo de su vida larga (Mariahé murió a los 90 años) es porque ha sido una persona auténtica, sin dobleces.
Tenía años sin saber de ella hasta hace unos meses cuando Evaristo, otro periodista excelso a quien admiro, me comunicó que Mariahé le había pedido que le enviara mi columna para incluirla en su blog de Facebook. Un honor para mí, su admirador de siempre.
Era hermosa, aún a los noventa era hermosa, afable, como digo, pero de carácter fuerte cuando tropezaba con la ignorancia, la tozudez y la corrupción políticas. Por eso, quizás, se fue del país a Miami como han hecho tantos colegas en los últimos tiempos.
La voy a recordar siempre con su sonrisa imarcesible adornándole el rostro adorable.
- Comunicador Social. Exgobernador. Ancla Unión Radio 93.7 FM PLC-Vzla.