Así, como las personas mediante el emprendimiento, usan el ingenio para resolver los problemas que deben enfrentar en su cotidiano acontecer, se espera que las universidades a través de la innovación y el talento de los individuos que la conforman, generen conocimientos útiles, los transfieran a la sociedad y preparen a los distintos actores involucrados para hacer el mejor uso de ellos.
Sin embargo, no todas las instituciones de educación superior (IES) cumplen cabalmente con ese anhelo.
El emprendimiento universitario se manifiesta usualmente en lo que se conoce como actividades de vinculación, que varían de una universidad a otra, en términos de presencia, alcance y contenido, dependiendo de la orientación, ubicación, propiedad y recursos de la universidad. Así, una universidad europea o norteamericana pudiera tener una orientación hacia el tema, distinta a una latinoamericana. En nuestro medio generalmente las universidades privadas se focalizan más a la docencia que a la investigación y hay otras que no cuentan con recursos para instalar laboratorios y unidades de investigación, ni tampoco fomentan alianzas con el sector privado para procurarlas.
En las próximas líneas resulta útil hacer referencia a algunos puntos de vista relativos al tema.
Alan Gibb, profesor emérito del la Universidad de Durham, especialista en entrepreneurship es contundente cuanto afirma que “las universidades enseñan lo que saben no lo que se necesita” y con esa afirmación arranca una interesante entrevista en Prodem, junio 28 2011, de la cual se extraen algunos conceptos:
- Es más importante fomentar el desarrollo emprendedor a través de la creación de una mentalidad emprendedora en las personas y las organizaciones, que fundar empresas.
- Los programas de apoyo deben orientarse a desarrollar capacidades emprendedoras y no sólo a brindar conocimientos de mercado. Esto implica desarrollar un paquete de competencias en toma de decisiones, trabajo autónomo, resolución de problemas, networking, liderazgo, pensamiento estratégico, etc.
- El desafío a la hora de diseñar un programa, es fortalecer las capacidades emprendedoras en organizaciones existentes de cualquier índole y preverlas en las que están en gestación, se trate de negocios, ONG’s, Gobierno y por supuesto Universidades.
- Los emprendedores adquieren la mayoría de sus conocimientos y habilidades de la práctica: aprenden haciendo. En el contexto de crear una empresa, es necesario encontrar la idea, evaluarla como una oportunidad, determinar la escala necesaria para satisfacer la demanda del mercado, identificar los recursos físicos y financieros para el proyecto y negociar para obtenerlos, fundar y darle forma legal a la organización y sobrevivir a los críticos los tres primeros años. En cada uno de esos ítems hay diferentes conocimientos a aprender. Eso es diferente a enseñar mercadeo, finanzas, operaciones, o recursos humanos. El plan de negocios no es un fin en si mismo, sino un instrumento para diseñar y adquirir recursos y persuadir a los inversores de la validez de un negocio.
Con las anteriores consideraciones no se agota el tema. Cuando el mundo regrese a la normalidad y nuestro país, luego de veinte años de estancamiento, retome el camino del progreso, las universidades venezolanas, ahora disminuidas en su capital humano y físico, asumirán con más fuerza y sabiduría el papel orientador que la sociedad siempre les ha señalado y tal vez, más pronto que tarde, se conviertan en universidades emprendedoras.
Autor: Pedro E. Charlita H. Profesor Titular UDO-Venezuela pcharlita@gmail.com