Ocurrió en San Cristóbal en el estado Táchira. La mezcla de dulzuras que empalaga los sentidos e incitan a pecar una y otra vez.

Higos que se deshacen en la boca, el dulce de lechosa en su punto, cabello de ángel en diferentes combinaciones de frutas y colores, la toronja, guanábana, arequipe o leche cortada. Ni hablar de las tortas porque se me hace la boca agua,

Dulce Tesoro es el legado de doña Aída Vivas de Salvatierra. Una empresa familiar con más de 30 años de creación.

Vale la pena darse licencia y enamorar el paladar con sabores tradicionales, frescos y golosos.

Tienen sede en Peribeca, Barrio Obrero y en el Centro Comercial Sambil de San Cristóbal.

Para chuparse los dedos..

Foto: Mary Plazas, pecando en Dulce Tesoro, San Cristóbal.