El pasado jueves participé en el I Foro virtual de Rectores sobre “Educación Superior ante el COVID-19: Desafíos y Oportunidades” convocado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y el Instituto Internacional de Educación en América Latina y el Caribe (IESALC).

Compartimos experiencias en tiempos de pandemia y avizoramos al futuro mediato. Los representantes de las universidades públicas y privadas, transmitieron mucho optimismo y se manifestaron expectantes con los grandes retos que se tienen por delante, ninguno lució pesimista, aún con la separación que ocasiona la virtualidad.

En palabras de la Directora de la UNESCO, Stefania Giannini, el Foro constituyó “una excelente oportunidad de intercambio en materia de acreditación y calidad de la educación superior frente a un contexto global sin precedentes” en el cual cerca de 1,370 millones de niños y jóvenes de 138 países permanecen en casa tras el cierre de colegios y universidades; con ellos más de 60 millones de docentes se han visto obligados a trabajar desde sus hogares, muchos de ellos sin preparación para la intempestiva experiencia y con limitaciones de variada índole.

El salto fue brutal. Un viernes cualquiera, docentes y estudiantes convivían presencialmente en las aulas, para el lunes siguiente encontrarse con la obligatoriedad de pasar a distancia el proceso de enseñanza aprendizaje recurriendo a lo que se tenía a mano, articulándose un complejo entramado de videoconferencias, plataformas, tareas y un sinfín de medios y dispositivos.

Conocimos el reporte actualizado de UNESCO que recoge las dificultades que enfrentan los estudiantes del planeta durante la pandemia y estas no son nada distintas a las que confrontan nuestros muchachos. Los problemas son comunes, si bien en Latinoamérica lo son más, se trata de deficiente conexión a internet, insuficiente equipamiento, aislamiento social, falta de comunicación con pares y docentes, ansiedad general con respecto al coronavirus y problemas económicos de la familia.

Coincidimos que la pandemia tiende a acelerar las transformaciones que en colegios y universidades tenían que producirse dejando de lado el modelo tradicional absolutamente presencial y derivando, una vez que comience la desescalada del confinamiento, hacia uno híbrido, denominado “blended learning”. De esto no puede haber dudas, no regresaremos en el mediano plazo, a la modalidad presencial plena.

Aunque no se expresó específicamente, entendí que para todas las instituciones educativas no hay alternativa, o cambiamos o desaparecemos. Así de rudo. Y no se trata de cambiar las formas sino los alcances y objetivos de la educación. Se trata de cambiar el paradigma de la Universidad.

La docencia y la gestión académica tienen que ser distintas.  Es imperativo adecuarse a nuevas formas de evaluación e interacción, espacios físicos e infraestructura.

Intervine en el foro en el tema de las evaluaciones para advertir que no se pueden replicar los formatos actuales. En los actuales periodos académicos hay que valorar el esfuerzo de los estudiantes que con apoyo de sus familias, se mantienen en el proceso educativo.  Con esta convicción prepararemos, directivos académicos, profesores y estudiantes, una propuesta a ser presentada a la consideración de los Ministros del área en Venezuela, Rectores, y representantes de UNESCO IESALC.

(*) Analista. Rector de la Universidad Tecnológica del Centro. Chancellor de MAU, EEUU.

Imagen: Luis Eduardo Martínez. Rector UNITEC en Foro Virtual.